Farmacología Gastrointestinal

 


Dr. Carmine Pascuzzo Lima

Introducción

Los nutrientes, son elementos simples que pueden utilizarse por el organismo para obtener energía o incorporarlos a diversas estructuras, en un proceso continuo de intercambio. Son obtenidos de los alimentos, los cuales, en su forma original, no pueden asimilarse, por lo que sufren un proceso de descomposición que se conoce como digestión. Es esta la función principal del aparato digestivo, realizada por procesos que involucran Motilidad, Secreción y Absorción, mismos cuyas alteraciones deben tratarse, en muchos casos farmacológicamente.

Aspectos anatomo-funcionales

Una representación esquemática de los elementos del aparato digestivo puede observarse en la figura anexa.

La digestión comienza en la boca, en la que se producen la Masticación y la Salivación. Ya que las enzimas sólo actúan en la superficie de los alimentos, la masticación favorece la digestión al aumentar el área de contacto. La salivación implica la primera degradación de los alimentos, a través de la ptialina (a -amilasa). 

La saliva también contiene un agente antimicrobiano (lisozima, una enzima proteolítica), que destruye parte de las bacterias alimentarias, y gran cantidad de moco que moldea los alimentos, protegiendo las paredes del tubo digestivo y dando lubricación para la deglución, que se produce en etapas voluntaria (lingual-palatina), faríngea y esofágica. El paso unidireccional de alimento al estómago se realiza por el cardias.

El estómago tiene funciones motora y secretora. La primera implica almacenamiento, mezcla y vaciamiento, gracias a una combinación de músculo liso circular y longitudinal, común en el tracto digestivo pero con variaciones regionales. En el estómago se vierten grandes cantidades de jugo gástrico, que con su fuerte acidez (dada por Ácido Clorhídrico, HCl) desnaturaliza proteínas y destruye bacterias. La función secretora también incluye pepsinógeno (enzima que se encargará de partir las proteínas ya desnaturalizadas en cadenas cortas de sus aminoácidos constituyentes, forma activa è pepsina), factor intrínseco, moco y gastrina; este proceso convierte a los alimentos en una masa llamada quimo.

Luego de la fase gástrica, el quimo pasa al duodeno, siendo neutralizado por el vertido de secreciones alcalinas del páncreas, dejando sólo el grado de acidez necesario para que las enzimas intestinales actúen. El páncreas, además de una alta concentración de bicarbonato (HCO3-), segrega varias enzimas, como amilasa, lipasa y otras, como la tripsina, la quimotripsina y la carboxipeptidasa, que fraccionan las proteínas que no son digeridas con la pepsina gástrica y se activan sólo en el intestino. También participan las secreciones biliares, incluyendo las sales biliares, que actúan separando las grasas en pequeñas gotitas para que las enzimas del páncreas puedan actuar y favoreciendo la absorción de lípidos; las sales biliares vuelven al hígado posteriormente (circulación enterohepática). El propio intestino delgado participa también con su propia secreción, que incluye líquido, moco y diversas enzimas (peptidasas, disacaridasas y lipasas). La función motora incluye contracciones de mezcla y de propulsión (peristaltismo). Aunque puede darse en el estómago y el colon, la mayor parte de la absorción se da en el intestino delgado, gracias a procesos de transporte activo y difusión, que se facilitan por la disposición de la mucosa intestinal, en repliegues que aumentan el área de contacto (150 m2).

El contenido del intestino delgado pasa al intestino grueso (colon) a través de la válvula ileocecal, donde hay microorganismos que forman la flora intestinal. Las principales funciones del colon incluyen la absorción de agua y electrólitos (en sus porciones proximales, sobre todo) así como almacenamiento y posterior propulsión de las heces. La mayor parte de la secreción del intestino grueso es mucosa, aunque ante fenómenos de irritación pueden secretarse también H20 y electrólitos. El papel de las bacterias intestinales incluye la lisis de la fibra (celulosaè CO2, CH4, H2), pero también la formación de ciertas sustancias, incluyendo vitamina K, importante porque la absorbida con los alimentos puede ser insuficiente. El paso final de la digestión está representado por la expulsión de las heces, en el proceso de la defecación.

Drogas que actúan sobre la Secreción Gástrica

El ácido clorhídrico secretado en el estómago se produce en células específicas, llamadas oxínticas o parietales, que también secretan el factor intrínseco, necesario para la absorción de la vitamina B12. El fundamento básico de la producción ácida viene de la acción de una bomba de protones H+ - K+ - ATPasa, que libera hidrogeniones a la luz gástrica en intercambio con iones de potasio, en proceso controlado por Histamina (receptores H2), Acetilcolina (receptores M1) y Gastrina (ver figura), con modulación por prostaglandinas. 

El pH logrado a través de este mecanismo es muy bajo (? 1), por lo que la mucosa gástrica debe estar eficazmente protegida contra el daño causado por esa acidez, lo que se logra por la presencia de una espesa capa de mucus y al contenido de bicarbonato, todo ello mediado por la acción de prostaglandinas.

Cuando hay discordancia entre los mecanismos secretores y protectores del estómago, de tal manera que los primeros predominen, comienza un círculo vicioso de destrucción de la mucosa gástrica y/o duodenal, que no sólo son afectadas por el ácido, sino también por la pepsina, generándose trastornos que van desde simples molestias hasta la enfermedad acido-péptica, con diversas formas de gravedad que incluyen el reflujo gastroesofágico, el síndrome de Zollinger-Ellison y la úlcera péptica. En las últimas dos décadas se ha implicado también la intervención de una bacteria, el Helicobacter pylori, en la patogénesis de estos trastornos. Dada su patogénesis, el tratamiento farmacológico de estos trastornos se dirige a dos aspectos principales: el decremento de los factores "dañinos", es decir de los productos de la secreción gástrica (o su acción) y/o el incremento de los factores protectores de la mucosa gastrointestinal.

Antisecretores

Como se dijo, la secreción gástrica se determina por tres agonistas principales: Histamina, Acetilcolina y Gastrina, que interactúan a través de una vía final común de acción en la bomba de protones H+ - K+ - ATPasa. Así, pueden existir diversos grupos de fármacos con acción antisecretora, que se detallan a continuación:

Antagonistas de los Receptores H2

Son bloqueadores altamente selectivos de los receptores histaminérgicos H2. Representantes de estos fármacos son la cimetidina, la ranitidina, la famotidina y la nizatidina. Todos tienen una similar eficacia farmacológica, causando pocos efectos fisiológicos fuera de la modificación de la secreción gástrica.

  • Farmacocinética: en general, estos fármacos tienen una muy buena absorción al administrarse por vía oral, con biodisponibilidad limitada por el efecto del primer paso por el hígado. La concentración máxima se alcanza en 1-2 h, con T1/2 de 2-3 h. Ocurre metabolismo hepático parcial, con excreción renal, en parte de droga inalterada y en parte de metabolitos.
  • Efectos adversos: son poco comunes e incluyen alteraciones de lactancia, ginecomastia, efectos que se ven mediados por aumento de la actividad de la prolactina: esto se ve generalmente en casos de terapias largas con altas dosis de cimetidina. También pueden producirse cefaleas; mareos y confusión; náuseas y vómitos.
  • Interacciones: en primer lugar, ha de considerarse que todo agente que afecte la secreción gástrica tiene el potencial para afectar la absorción de otras drogas. Sin embargo, la interacción de mayor relevancia es la que se produce con respecto a la cimetidina, la cual es capaz de inhibir la actividad del citocromo P450, por lo que altera el metabolismo de diversos fármacos, incluyendo la fenitoína, la teofilina, la warfarina, el propranolol, el fenobarbital, etc. Adicionalmente, la cimetidina inhibe la secreción tubular de la procainamida, por lo que los niveles de este fármaco aumentan. Se cree que estos fármacos una ligera inhibición del metabolismo del etanol.
  • Usos clínicos: en primer lugar, son drogas útiles en el tratamiento de las úlceras gastroduodenales, así como en el Síndrome de Zollinger - Ellison y el reflujo gastroesofágico. Otros usos incluyen la esofagitis de reflujo, las úlceras de estrés, el síndrome de intestino corto y diversos estados hipersecretores.
Inhibidores de la H+,K+-ATPasa

Son inhibidores irreversibles y selectivos de la bomba de protones. Representantes de este grupo son el omeprazol, el lansoprazol y el pantoprazol.

  • Farmacocinética: el omeprazol, prototipo de este grupo, tiene absorción variable por vía oral, pero su biodisponibilidad es generalmente de un 70 %. Pese a que tienen vida media relativamente corta (0,5-1,5 h), el efecto farmacológico es relativamente persistente, por el carácter irreversible de la interacción. La biotransformación es hepática, con excreción renal de metabolitos.
  • Efectos adversos: poco comunes; incluyen alteraciones gastrointestinales diversas y otros menos frecuentes, como cefalea, mareos, rash, aumento transitorio de las transaminasas, etc.
  • Interacciones: a más importante es la relacionada con la capacidad de inhibir la actividad del citocromo P450, alterando el metabolismo de diversas drogas, aunque con menor intensidad que la cimetidina.
  • Usos clínicos: tratamiento de las úlceras pépticas, del Síndrome de Zollinger - Ellison y el reflujo gastroesofágico.
Otros Fármacos Antisecretores

Dada la fisiología de la secreción gástrica, pueden determinarse tres puntos adicionales de inhibición de la secreción gástrica:

  • Acción de las prostaglandinas: el misoprostol es un derivado metilado de la PGE1, que reúne una acción inhibitoria de la secreción con la acción protectora de la mucosa gástrica. Es el fármaco de elección en las úlceras inducidas por administración de AiNEs, que se producen justamente por alteración del mecanismo de las prostaglandinas.
  • Acción antimuscarínica: los fármacos antimuscarínicos en general inhiben la secreción gastrointestinal, pero suelen causar muchos efectos indeseables por su poca selectividad. La pirenzepina y la telenzepina son fármacos que bloquean con alguna selectividad al receptor M1, por lo que tienden a reducir la secreción gástrica. Igualmente, están en estudio algunas drogas, como la galamina, que actuarían modulando alostéricamente la acción muscarínica.
  • Análogos de la somatostatina: Octreótido, lanreótido: drogas que afectan la función hormonal normal, generando inhibición de la secreción de células parietales, al parecer a través de una acción mixta: directa en divchas células o por disminución de la actividad de la gastrina. Sólo existen formulaciones intravenosas, restringiéndose su uso (experimental) al tratamiento de tumores gastrointestinales euroendocrinos.
Antiácidos

Son bases débiles, que ejercen su acción sobre el producto final de la secreción gástrica, es decir sobre el ácido clorhídrico, al cual, administrados en cantidades suficientes, son capaces de neutralizar, a través de una reacción química como esta:
 


HCl + XOH ç è H2O + XCl


 


Esta reacción puede hacer que el pH gástrico, que normalmente puede alcanzar valores tan bajos como 1, tome un valor de alrededor de 5.

  • Agentes: se encuentran en presentaciones líquidas o en tabletas. Algunos de los más usados son el Hidróxido de Aluminio [Al(OH)3], el hidróxido de Magnesio [Mg(OH)2] el Carbonato de Calcio CaCO3] y el Bicarbonato de Sodio [NaHCO3].
  • Efectos adversos: son fármacos de toxicidad baja, pero pueden generar en algunos casos trastornos hidroelectrolíticos, incluyendo casos raros de alcalosis franca. También pueden generar cierta retención líquida, amén de los síndromes clínicos relacionados con la administración excesiva de algún ión (Hipofosfatemia, Hipercalcemia, Hipermagnesemia, etc.). el hidróxido de magnesio presenta efectos catárticos, mientras que el de aluminio tiende a generar constipación, por lo que se recomiendan las combinaciones de ambos.
  • Interacciones: debidas principalmente a la interacción con la absorción y/o eliminación de otras drogas (alteración de los pHs gástrico y urinario), por lo que disminuyen la biodisponibilidad de compuestos de hierro, teofilina, quinolonas, tetraciclinas, isoniacida, ketoconazol, etc; mientras que, por otra parte, pueden aumentar la absorción de sulfas, levodopa, etc. Pueden disminuir el metabolismo hepático ranitidina y aumentar la eliminación de ciertos fármacos como la aspirina y el fenobarbital.
  • Usos: Úlcera péptica, Reflujo Gastroesofágico, Profilaxis de las úlceras de estrés.

Protectores de la mucosa

En general, estas drogas actúan favoreciendo los mecanismos fisiológicos de protección de la mucosa gástrica y/o funcionando directamente como protectores ("de cobertura").

Agentes de Cobertura

Estos agentes incluyen al Sucralfato (sulfato de sacarosa aluminio) y a los preparados de Bismuto coloidal (subsalicilato de Bismuto). Su acción, fundamentalmente local, está mediada por la propiedad que tienen de fijarse de manera selectiva al tejido necrótico presente en la base de las úlceras. Sin embargo, también tendrían alguna capacidad de aumentar la síntesis de prostaglandinas, con posible aumento en la secreción de moco y bicarbonato.

Carbenoxolona

Es un derivado del ácido glicirrícico, capaz de alterar la composición y cantidad del moco gástrico. Tiene cierto efecto mineralocorticoide, que ha limitado su uso.

Análogos de las prostaglandinas

Aparte del efecto en la secreción, estas drogas ejercen acción protectora, aparentemente favoreciendo de la secreción de moco y bicarbonato en la mucosa gástrica.

Antibióticos

Helicobacter pylori es un patógeno humano que coloniza la mucosa gástrica, causando inflamación de la misma, lo que al parecer estaría relacionado con el aumento del riesgo de enfermedad ácido-péptica. En casos graves, este microorganismo debe ser eliminado ("erradicación"), lo cual favorece la curación. Algunos de los agentes a los cuales el H. pylori es sensible incluyen el metronidazol, el tinidazol y la ampicilina (detalles en el apéndice 1).


 
 
Laxantes y Antidiarreicos

Como se explicó previamente, el proceso de la digestión incluye funciones de secreción, de contracción (mezcla y propulsión) y absorción. Aparte de la consecución de nutrientes, es importante la conservación de agua y electrólitos, por lo que los mismos se reabsorben en gran medida, con gran dependencia de la velocidad del tránsito intestinal, ya que si este se prolonga, la absorción hidroelectrolítica es excesiva, generando heces desecadas, muy duras, que hacen difícil el acto de la defecación, mientras que, en el segundo caso, la reabsorción es insuficiente, perdiéndose más líquido de lo habitual. 

El primero de los casos planteados corresponde a una manifestación conocida como constipación o estreñimiento, caracterizado por tránsito enlentecido, disminución en el número habitual de defecaciones y dificultad en la defecación. El segundo de los casos se refiere a la diarrea, trastorno en el cual, bien sea por aumento de la cantidad de líquido ("diarreas secretoras") o por disminución de la absorción del mismo aumenta el volumen fecal, con aumento del número habitual de defecaciones y tránsito intestinal aumentado. Es de destacar que la frecuencia de defecaciones ("hábito intestinal") varía mucho de persona a persona, en rangos que van desde 3 veces al día hasta 3 veces por semana; por tanto, cuando se considere el planteamiento de la presencia de los trastornos mencionados, debe considerarse el hábito intestinal de cada individuo.

Por último, debe entenderse que estos trastornos no representan patologías propiamente dichas, sino manifestaciones de enfermedades subyacentes, para las cuales se debe realizar el diagnóstico apropiado para la instauración de la terapia específica. Así, los fármacos que se consideraran a continuación, laxantes y antidiarreicos, son, en general, de uso paliativo de la constipación y la diarrea.
 
 

Laxantes

Dado lo ya explicado, se hace evidente que los laxantes o catárticos deben actuar aumentando el volumen fecal, generando heces más blandas. Esto puede lograrse a través de los siguientes mecanismos generales:

  • Retención de agua en el colon.
  • Acción directa en la mucosa intestinal, que tiende a reducir la absorción de agua y electrólitos, además de favorecer la secreción.
  • Aumento de la motilidad intestinal, generándose un tránsito más veloz.
Es de destacar que generealmente cualquiera de estos mecanismos tiende a favorecer los demás, ya que el aumento del volumen del contenido luminal intestinal incrementa reflejamente la motilidad, mientras que el aumento de esta, reduce el contacto de la mucosa con el contenido hidroelectrolítico luminal, haciendo que el mismo tenga menor oportunidad de ser reabsorbido, lo que genera un círculo favorable para el alivio del estado.
  • Usos de los laxantes: pese a su uso indiscriminado por la preocupación popular acerca de lo que es un hábito intestinal adecuado, en realidad, sólo hay unas pocas indicaciones incuestionables de la administración de estos fármacos, como los son los casos en los que es deseable la reducción del esfuerzo defecatorio (pacientes en recuperación de Infarto al miocardio o de algunas cirugías; pacientes con lesiones dolorosas que afecten la región perianal: hemorroides, fisuras; pacientes con defectos de la pared abdomial: hernias). Adicionalmente, se utilizan previamente a la realización de cirugías y/o exámenes con los cuales el contenido intestinal pueda interferir. Por último, tienen ciertos usos en la remoción de tóxicos del tracto gastrointestinal, haciendo que los mismos no sean absorbidos.
  • Efectos Adversos: en general se derivan de su mecanismo general de acción, pudiendo causarse diversos trastornos gastrointestinales, en particular catarsis excesiva, cólicos abdominales intensos, etc. Además, en aquellos casos en los que se generan evacuaciones acuosas francas, pueden ocasionarse trastornos hidroelectrolíticos, incluyendo grados variables de deshidratación.
Laxantes de masa o de volumen

En general se trata de preparados de origen vegetal que son indigeribles por la composición compleja que tiene la pared celular. Así, estos preparados forman geles en el colon, los cuales originan retención de agua luminal y aumento concomitante del peristaltismo. La mejor manera de conseguir este efecto laxante es a través del aumento del contenido de fibra en la dieta (frutas, alimentos "integrales"), siendo la manera de elección de tratamiento de casos leves a moderados de constipación. Algunos preparados que actúan por este mecanismo son el bran, el psyllium y la metilcelulosa. Aunque no sufren modificación importante por parte del organismo, las bacterias de la flora intestinal humana sí pueden tener ación sobre estos preparados.

Laxantes salinos u osmóticos

Se trata de agentes poco o nada absorbidos desde el colon, por lo que generan un efecto osmótico que favorece la retención acuosa (aumento concomitante de la motilidad). Entre los salinos se encuentran el sulfato de Magnesio (MgSO4), el hidróxido de magnesio o "Leche de Magnesia" [Mg(OH)2], el fosfato sódico (NaPO4) y el citrato de magnesio. Existen diversos carbohidratos que son poco absorbibles, por lo que causan el mismo efecto; entre ellos se encuentran la lactulosa, la glicerina, el sorbitol y el manitol.
 
 

Laxantes estimulantes de la mucosa ("irritantes")

Estos agentes (o sus metabolitos) son capaces de aumentar la motilidad intestinal, aparentemente a través de mecanismos que incluyen la inhibición de la ATPasa Na+/K+ y posiblemente un incremento de la síntesis de prostaglandinas. Se incluyen derivados del difenilmetano (fenolftaleína, bisacodilo) y de la antraquinona (sen, cáscara sagrada, sábila, ruibarbo, áloe).

Laxantes de acción surfactante o detergente

Son surfactantes aniónicos, que permiten mejor mezcla del material fecal (agua, lípidos, etc.), por lo que lo reblandecen. Estos agentes incluyen a los docusatos, los poloxámeros, los ácidos biliares (dehidrocolato) y el aceite de ricino. Es destacable el uso de ácidos biliares, puesto que se basa en su función fisiológica de emulsificación. El aceite de ricino ("aceite de castor") se metaboliza a ricinoleato en el intestino delgado, generando una acción catártica muy potente.

Aceites minerales

Mezcla de hidrocarburos alifáticos indigeribles, que facilitan la mezcla fecal por un efecto lubricante. Son poco usados

Según su mecanismo, los laxantes tienen una rapidez de acción variable, generando grados diversos de reblandecimiento fecal, como puede verse en la siguiente tabla:
Reblandecimiento Fecal
Reblandecimiento o semifluidificación Fecal
Evacuaciones líquidas
1 - 3 días
6 - 8 horas
1 -3 horas
Laxantes de Volumen
Laxantes irritantes
Laxantes osmóticos (dosis altas)
Laxantes surfactantes
 
Aceite de ricino
Lactulosa
   

Antidiarreicos Los mecanismos generales de acción son los opuestos a los mostrados para los laxantes, incluyendo, por ejemplo, la disminución de la motilidad intestinal y los efectos secretorios de las hormonas gastrointestinales. Adicionalmente, son importantes también algunas acciones de adsorción de toxinas que puedan afectar la función intestinal. Es de recalcar que, en casos de diarrea, especialmente en niños, existe el peligro importante de la deshidratación, por lo que las medidas de mantenimiento hidroelectrolítico (sueros de rehidratación oral) son cruciales, sumadas al diagnóstico y tratamiento específicos.

Opioides

Inhiben la motilidad intestinal por acción central y periférica en receptores m (aumento del tono del esfínter anal, disminución de la motilidad, aumento de la absorción hidroelectrolítica) y d (disminución de la secreción, aumento de la absorción hidroelectrolítica). Algunos agentes son la loperamida, el difenoxilato, el elíxir paregórico (opio) y la codeína. Dada su tendencia a causar adicción, generalmente se combinan con anticolinérgicos, los cuales, además de potenciar su acción, causan efectos indeseables molestos (boca seca, visión borrosa, etc.).

Absorbentes

Actuarían a través de la Absorción de agua y compuestos solubles, pudiendo tener un papel en la eliminación de toxinas bacterianas. Agentes: Caolín, pectina.

Anticolinérgicos

Capaces de disminuir la s funciones secretoras y de motilidad gastrointestinal. Se usan en combinación con opioides. El prototipo es la atropina.

Otros

Otros agentes con potencial efecto antidiarreico son los preparados de bismuto (por adsorción de toxinas) y el octreótido (disminución de secreciones gastrointestinales). Los suplementos de fibra no son antidiarrreicos propiamente dichos, pero aumentan la consistencia fecal, mejorando las sensaciones subjetivas del proceso.


 
Apéndice I: Erradicación del Helicobacter pylori

 


En la siguiente tabla se resumen las indicaciones para la terapia de erradicación del Helicobacter pylori y la fuerza de la evidencia a favor de la misma

Indicaciones para la terapia
Evidencia
Fuertemente recomendable  
Enfermedad ulcerosa péptica
Inequívoca
Ülcer péptica sangrante
Inequívoca
Linfoma gástrico de grado bajo
Inequívoca
Gastritis con anormalidades severas
Sugestiva
Posterior a resección por cáncer gástrico 
Sugestiva
   
Recomendable  
Dispepsia Funcional, luego de investigación completa 
Equívoca
Historia familiar de cáncer gástrico 
Equívoca
Tratamiento prolongado con inhibidores de la bomba de protones
Sugestiva
Terapia con AiNEs 
Equívoca
Posterior a cirugía gástrica por úlcera péptica
Sugestiva
   
Incierta  
Prevención de cancer gástrico en ausencia de factores de riesgo
Equívoca
Sujetos asintomáticos
Equívoca
Enfermedad extraintestinal
Equívoca
Al elegir el régimen de tratamiento, deben considerarse la facilidad de cumplimiento, la relación costo-beneficio, deseándose generalmente una terapia que implique una tasa de erradicación superior a 80%. Los regímenes estudiados hasta ahora incluyen preparados de bismuto, antagonistas H2 y bloqueantes de la bomba de protones, en combinación con 1-3 antimicrobianos.

La recomendación actual es la del uso de la triple terapia asociada a inhibidores de la bomba de protones (el inhibidor más dos de los siguientes: claritromicina, un nitroimidazol -metronidazol o tinidazol- y amoxicilina). Así los regímenes más aceptados actualmente se muestran en la siguiente tabla, incluyendo un inhibidor de la bomba de protones (administrado como se ve en la primera columna) más una combinación de antimicrobianos (mostradas en la segunda columna):

Inhibidor H+ - K+ - ATPasa  Combinación de antimicrobianos
Omeprazol (20 mg/BID) Metronidazol (400 mg BID) o tinidazol, (500 mg BID) + claritromicina (250 mg BID)
Lansoprazol (30 mg/BID) Amoxicilina (1000 mg BID) + claritromicina (500 mg BID) (recomendable ante posible resistencia al metronidazol)
Pantoprazol (40 mg/BID) Amoxicilina (500 mg TID) + metronidazol (400 mg TID) (recomendable ante posible resistencia a la claritromicina)
Generalmente estos esquemas se siguen por unos siete días, pudiendo recurrirse al retratamiento en caso de fracaso de la terapia. 

 
 
 
 
Apéndice II: Otros agentes de acción gastrointestinal

 


ANTIEMÉTICOS

Como la diarrea y la constipación, las náuseas y los vómitos son manifestaciones de diversos estados subyacentes incluyendo el embarazo, la cinetosis, diversos trastornos gastrointestinales, infarto, toxicidad farmacológica (sobre todo en la quimioterapia), etc. aunque no se conocen todos los mecanismos implicados en el reflejo nausea - vomito, se sabe que existe una "zona gatillo" o Centro del Vómito, ubicado en la formación reticular de la medula espinal. Este centro tiene propiedades quimioreceptoras, al parecer reguladas por acción dopaminérgica, serotoninérgica e histaminérgica. Por esto, los fármacos obvios que puedan tener acción antiemética son los bloqueantes de los receptores respectivos: metoclopramida y fenotiacinas (antidopaminérgicos), ondansentrón (antiserotoninérgico), difenhidramina (antihistamínico).

FARMACOS FAVORECEDORES DE LA MOTILIDAD GASTROINTESTINAL

Más que para inducir la motilidad intestinal, estos fármacos se utilizan para regularizarla. La acción es mediada por efectos muscarínicos y dopaminérgicos, siendo los represnetantes más importantes la metoclopramida y la cisaprida. Actualmente se estudian los efectos de los agonistas de motilina, como la eritromicina.

ENZIMAS PANCREATICAS

Útiles en casos de dispepsia ("indigestión"), esenciales en los casos en que la función pancreática no es normal. Generalmente se trata de preparados derivados de enzimas animales (generalmente porcinas o bovinas), contentivos de cantidades variables de lipasas, proteasas y amilasas.

Bibliografía
Guyton, AC. 1992. Tratado de Fisiología Médica. 8º Edición. Editorial Interamericana-McGraw-Hill. Nueva York.
  Hardman JG y Limbird LE. 1996. Goodman & Gilman’s: The Pharmacological Basis of Therapeutics. 9º Edición. Editorial McGraw-Hill. Nueva York.
  Katzung, BG. 1995. Farmacología Básica y Clínica. 6º Edición. Editorial El Manual Moderno. México D.F
  NIH consensus development panel on Helicobacter pylori in peptic ulcer disease. Helicobacter pylori in peptic ulcer disease. JAMA 1994; 272: 65–9.
  Olson, J. 1998. Clinical Pharmacology made ridiculously simple. 9º reimpresión. medMaster. Miami, USA.
  Rosenstock S y col. Relation between Helicobacter pylori infection and gastrointestinal symptoms and syndromes. Gut 1997; 41: 169–176
  Smith C y Reynard A. 1993. Farmacología. 1º Edición. Editorial Médica-Panamericana. Buenos Aires.
  The European Helicobacter Pylori Study Group (EHPSG). Current European concepts in the management of Helicobacter pylori infection. The Maastricht Consensus Report. Gut 1997; 41: 8–13 8

 
 
 
 
"...Soy YO el pan de vida; quien viene a MÍ, no tendrá más hambre,..."
Juan; 6:35
"Algunos libros deben apenas tocarse, otros deben tragarse, y unos pocos deben masticarse y digerirse"
Francis Bacon
"Tratándose de alimentos de preparación instantánea, lo último que muere es la esperanza"
Richard Glover