Dr. Carmine Pascuzzo Lima |
Introducción
Los nutrientes, son elementos simples que pueden utilizarse por el organismo para obtener energía o incorporarlos a diversas estructuras, en un proceso continuo de intercambio. Son obtenidos de los alimentos, los cuales, en su forma original, no pueden asimilarse, por lo que sufren un proceso de descomposición que se conoce como digestión. Es esta la función principal del aparato digestivo, realizada por procesos que involucran Motilidad, Secreción y Absorción, mismos cuyas alteraciones deben tratarse, en muchos casos farmacológicamente. |
Aspectos anatomo-funcionales
Una representación esquemática de los elementos del aparato digestivo puede observarse en la figura anexa. La digestión comienza en la boca, en la que se producen la Masticación y la Salivación. Ya que las enzimas sólo actúan en la superficie de los alimentos, la masticación favorece la digestión al aumentar el área de contacto. La salivación implica la primera degradación de los alimentos, a través de la ptialina (a -amilasa). |
La saliva también contiene un agente antimicrobiano
(lisozima, una enzima proteolítica), que destruye parte de las bacterias
alimentarias, y gran cantidad de moco que moldea los alimentos, protegiendo
las paredes del tubo digestivo y dando lubricación para la deglución,
que se produce en etapas voluntaria (lingual-palatina), faríngea
y esofágica. El paso unidireccional de alimento al estómago
se realiza por el cardias.
El estómago tiene funciones motora y secretora. La primera implica almacenamiento, mezcla y vaciamiento, gracias a una combinación de músculo liso circular y longitudinal, común en el tracto digestivo pero con variaciones regionales. En el estómago se vierten grandes cantidades de jugo gástrico, que con su fuerte acidez (dada por Ácido Clorhídrico, HCl) desnaturaliza proteínas y destruye bacterias. La función secretora también incluye pepsinógeno (enzima que se encargará de partir las proteínas ya desnaturalizadas en cadenas cortas de sus aminoácidos constituyentes, forma activa è pepsina), factor intrínseco, moco y gastrina; este proceso convierte a los alimentos en una masa llamada quimo. |
Luego de la fase gástrica, el quimo pasa al duodeno,
siendo neutralizado por el vertido de secreciones alcalinas del páncreas,
dejando sólo el grado de acidez necesario para que las enzimas intestinales
actúen. El páncreas, además de una alta concentración
de bicarbonato (HCO3-), segrega varias enzimas, como
amilasa, lipasa y otras, como la tripsina, la quimotripsina y la carboxipeptidasa,
que fraccionan las proteínas que no son digeridas con la pepsina
gástrica y se activan sólo en el intestino. También
participan las secreciones biliares, incluyendo las sales biliares, que
actúan separando las grasas en pequeñas gotitas para que
las enzimas del páncreas puedan actuar y favoreciendo la absorción
de lípidos; las sales biliares vuelven al hígado posteriormente
(circulación enterohepática). El propio intestino delgado
participa también con su propia secreción, que incluye líquido,
moco y diversas enzimas (peptidasas, disacaridasas y lipasas). La función
motora incluye contracciones de mezcla y de propulsión (peristaltismo).
Aunque puede darse en el estómago y el colon, la mayor parte de
la absorción se da en el intestino delgado, gracias a procesos
de transporte activo y difusión, que se facilitan por la disposición
de la mucosa intestinal, en repliegues que aumentan el área de contacto
(150 m2).
El contenido del intestino delgado pasa al intestino grueso (colon) a través de la válvula ileocecal, donde hay microorganismos que forman la flora intestinal. Las principales funciones del colon incluyen la absorción de agua y electrólitos (en sus porciones proximales, sobre todo) así como almacenamiento y posterior propulsión de las heces. La mayor parte de la secreción del intestino grueso es mucosa, aunque ante fenómenos de irritación pueden secretarse también H20 y electrólitos. El papel de las bacterias intestinales incluye la lisis de la fibra (celulosaè CO2, CH4, H2), pero también la formación de ciertas sustancias, incluyendo vitamina K, importante porque la absorbida con los alimentos puede ser insuficiente. El paso final de la digestión está representado por la expulsión de las heces, en el proceso de la defecación. |
Drogas que actúan sobre la Secreción
Gástrica
El ácido clorhídrico secretado en el estómago se produce en células específicas, llamadas oxínticas o parietales, que también secretan el factor intrínseco, necesario para la absorción de la vitamina B12. El fundamento básico de la producción ácida viene de la acción de una bomba de protones H+ - K+ - ATPasa, que libera hidrogeniones a la luz gástrica en intercambio con iones de potasio, en proceso controlado por Histamina (receptores H2), Acetilcolina (receptores M1) y Gastrina (ver figura), con modulación por prostaglandinas. |
El pH logrado a través de este mecanismo es muy bajo
(? 1), por lo que la mucosa gástrica debe estar eficazmente protegida
contra el daño causado por esa acidez, lo que se logra por la presencia
de una espesa capa de mucus y al contenido de bicarbonato, todo ello mediado
por la acción de prostaglandinas.
Cuando hay discordancia entre los mecanismos secretores y protectores del estómago, de tal manera que los primeros predominen, comienza un círculo vicioso de destrucción de la mucosa gástrica y/o duodenal, que no sólo son afectadas por el ácido, sino también por la pepsina, generándose trastornos que van desde simples molestias hasta la enfermedad acido-péptica, con diversas formas de gravedad que incluyen el reflujo gastroesofágico, el síndrome de Zollinger-Ellison y la úlcera péptica. En las últimas dos décadas se ha implicado también la intervención de una bacteria, el Helicobacter pylori, en la patogénesis de estos trastornos. Dada su patogénesis, el tratamiento farmacológico de estos trastornos se dirige a dos aspectos principales: el decremento de los factores "dañinos", es decir de los productos de la secreción gástrica (o su acción) y/o el incremento de los factores protectores de la mucosa gastrointestinal. Antisecretores Como se dijo, la secreción gástrica se determina por tres agonistas principales: Histamina, Acetilcolina y Gastrina, que interactúan a través de una vía final común de acción en la bomba de protones H+ - K+ - ATPasa. Así, pueden existir diversos grupos de fármacos con acción antisecretora, que se detallan a continuación: Son bloqueadores altamente selectivos de los receptores histaminérgicos H2. Representantes de estos fármacos son la cimetidina, la ranitidina, la famotidina y la nizatidina. Todos tienen una similar eficacia farmacológica, causando pocos efectos fisiológicos fuera de la modificación de la secreción gástrica.
Son inhibidores irreversibles y selectivos de la bomba de protones. Representantes de este grupo son el omeprazol, el lansoprazol y el pantoprazol.
Dada la fisiología de la secreción gástrica, pueden determinarse tres puntos adicionales de inhibición de la secreción gástrica:
Son bases débiles, que ejercen su acción sobre el producto
final de la secreción gástrica, es decir sobre el ácido
clorhídrico, al cual, administrados en cantidades suficientes, son
capaces de neutralizar, a través de una reacción química
como esta:
HCl + XOH ç è H2O + XCl
Esta reacción puede hacer que el pH gástrico, que normalmente puede alcanzar valores tan bajos como 1, tome un valor de alrededor de 5.
Protectores de la mucosa En general, estas drogas actúan favoreciendo los mecanismos fisiológicos de protección de la mucosa gástrica y/o funcionando directamente como protectores ("de cobertura"). Estos agentes incluyen al Sucralfato (sulfato de sacarosa aluminio) y a los preparados de Bismuto coloidal (subsalicilato de Bismuto). Su acción, fundamentalmente local, está mediada por la propiedad que tienen de fijarse de manera selectiva al tejido necrótico presente en la base de las úlceras. Sin embargo, también tendrían alguna capacidad de aumentar la síntesis de prostaglandinas, con posible aumento en la secreción de moco y bicarbonato. Carbenoxolona Es un derivado del ácido glicirrícico, capaz de alterar la composición y cantidad del moco gástrico. Tiene cierto efecto mineralocorticoide, que ha limitado su uso. Análogos de las prostaglandinas Aparte del efecto en la secreción, estas drogas ejercen acción protectora, aparentemente favoreciendo de la secreción de moco y bicarbonato en la mucosa gástrica. Helicobacter pylori es un patógeno humano que coloniza la mucosa gástrica, causando inflamación de la misma, lo que al parecer estaría relacionado con el aumento del riesgo de enfermedad ácido-péptica. En casos graves, este microorganismo debe ser eliminado ("erradicación"), lo cual favorece la curación. Algunos de los agentes a los cuales el H. pylori es sensible incluyen el metronidazol, el tinidazol y la ampicilina (detalles en el apéndice 1). |
Laxantes y Antidiarreicos
Como se explicó previamente, el proceso de la digestión incluye funciones de secreción, de contracción (mezcla y propulsión) y absorción. Aparte de la consecución de nutrientes, es importante la conservación de agua y electrólitos, por lo que los mismos se reabsorben en gran medida, con gran dependencia de la velocidad del tránsito intestinal, ya que si este se prolonga, la absorción hidroelectrolítica es excesiva, generando heces desecadas, muy duras, que hacen difícil el acto de la defecación, mientras que, en el segundo caso, la reabsorción es insuficiente, perdiéndose más líquido de lo habitual. |
El primero de los casos planteados corresponde a una manifestación
conocida como constipación o estreñimiento,
caracterizado por tránsito enlentecido, disminución en el
número habitual de defecaciones y dificultad en la defecación.
El segundo de los casos se refiere a la diarrea, trastorno en el
cual, bien sea por aumento de la cantidad de líquido ("diarreas
secretoras") o por disminución de la absorción del mismo
aumenta el volumen fecal, con aumento del número habitual
de defecaciones y tránsito intestinal aumentado. Es de destacar
que la frecuencia de defecaciones ("hábito intestinal") varía
mucho de persona a persona, en rangos que van desde 3 veces al día
hasta 3 veces por semana; por tanto, cuando se considere el planteamiento
de la presencia de los trastornos mencionados, debe considerarse el hábito
intestinal de cada individuo.
Por último, debe entenderse que estos trastornos no representan
patologías propiamente dichas, sino manifestaciones de enfermedades
subyacentes, para las cuales se debe realizar el diagnóstico apropiado
para la instauración de la terapia específica. Así,
los fármacos que se consideraran a continuación, laxantes
y antidiarreicos, son, en general, de uso paliativo de la constipación
y la diarrea.
Laxantes Dado lo ya explicado, se hace evidente que los laxantes o catárticos deben actuar aumentando el volumen fecal, generando heces más blandas. Esto puede lograrse a través de los siguientes mecanismos generales:
En general se trata de preparados de origen vegetal que son indigeribles por la composición compleja que tiene la pared celular. Así, estos preparados forman geles en el colon, los cuales originan retención de agua luminal y aumento concomitante del peristaltismo. La mejor manera de conseguir este efecto laxante es a través del aumento del contenido de fibra en la dieta (frutas, alimentos "integrales"), siendo la manera de elección de tratamiento de casos leves a moderados de constipación. Algunos preparados que actúan por este mecanismo son el bran, el psyllium y la metilcelulosa. Aunque no sufren modificación importante por parte del organismo, las bacterias de la flora intestinal humana sí pueden tener ación sobre estos preparados. Laxantes salinos u osmóticos Se trata de agentes poco o nada absorbidos desde el colon, por lo que
generan un efecto osmótico que favorece la retención acuosa
(aumento concomitante de la motilidad). Entre los salinos se encuentran
el sulfato de Magnesio (MgSO4), el hidróxido de magnesio
o "Leche de Magnesia" [Mg(OH)2], el fosfato sódico (NaPO4)
y el citrato de magnesio. Existen diversos carbohidratos que son poco absorbibles,
por lo que causan el mismo efecto; entre ellos se encuentran la lactulosa,
la glicerina, el sorbitol y el manitol.
Laxantes estimulantes de la mucosa ("irritantes") Estos agentes (o sus metabolitos) son capaces de aumentar la motilidad intestinal, aparentemente a través de mecanismos que incluyen la inhibición de la ATPasa Na+/K+ y posiblemente un incremento de la síntesis de prostaglandinas. Se incluyen derivados del difenilmetano (fenolftaleína, bisacodilo) y de la antraquinona (sen, cáscara sagrada, sábila, ruibarbo, áloe). Laxantes de acción surfactante o detergente Son surfactantes aniónicos, que permiten mejor mezcla del material fecal (agua, lípidos, etc.), por lo que lo reblandecen. Estos agentes incluyen a los docusatos, los poloxámeros, los ácidos biliares (dehidrocolato) y el aceite de ricino. Es destacable el uso de ácidos biliares, puesto que se basa en su función fisiológica de emulsificación. El aceite de ricino ("aceite de castor") se metaboliza a ricinoleato en el intestino delgado, generando una acción catártica muy potente. Aceites minerales Mezcla de hidrocarburos alifáticos indigeribles, que facilitan la mezcla fecal por un efecto lubricante. Son poco usados |
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Antidiarreicos Opioides Inhiben la motilidad intestinal por acción central y periférica en receptores m (aumento del tono del esfínter anal, disminución de la motilidad, aumento de la absorción hidroelectrolítica) y d (disminución de la secreción, aumento de la absorción hidroelectrolítica). Algunos agentes son la loperamida, el difenoxilato, el elíxir paregórico (opio) y la codeína. Dada su tendencia a causar adicción, generalmente se combinan con anticolinérgicos, los cuales, además de potenciar su acción, causan efectos indeseables molestos (boca seca, visión borrosa, etc.). Absorbentes Actuarían a través de la Absorción de agua y compuestos solubles, pudiendo tener un papel en la eliminación de toxinas bacterianas. Agentes: Caolín, pectina. Anticolinérgicos Capaces de disminuir la s funciones secretoras y de motilidad gastrointestinal. Se usan en combinación con opioides. El prototipo es la atropina. Otros Otros agentes con potencial efecto antidiarreico son los preparados de bismuto (por adsorción de toxinas) y el octreótido (disminución de secreciones gastrointestinales). Los suplementos de fibra no son antidiarrreicos propiamente dichos, pero aumentan la consistencia fecal, mejorando las sensaciones subjetivas del proceso. |
En la siguiente tabla se resumen las indicaciones para la terapia de erradicación del Helicobacter pylori y la fuerza de la evidencia a favor de la misma |
Indicaciones para la terapia |
Evidencia
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Fuertemente recomendable | |
Enfermedad ulcerosa péptica |
Inequívoca
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Ülcer péptica sangrante |
Inequívoca
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Linfoma gástrico de grado bajo |
Inequívoca
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Gastritis con anormalidades severas |
Sugestiva
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Posterior a resección por cáncer gástrico |
Sugestiva
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Recomendable | |
Dispepsia Funcional, luego de investigación completa |
Equívoca
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Historia familiar de cáncer gástrico |
Equívoca
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Tratamiento prolongado con inhibidores de la bomba de protones |
Sugestiva
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Terapia con AiNEs |
Equívoca
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Posterior a cirugía gástrica por úlcera péptica |
Sugestiva
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Incierta | |
Prevención de cancer gástrico en ausencia de factores de riesgo |
Equívoca
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Sujetos asintomáticos |
Equívoca
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Enfermedad extraintestinal |
Equívoca
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Al elegir el régimen de tratamiento, deben considerarse
la facilidad de cumplimiento, la relación costo-beneficio, deseándose
generalmente una terapia que implique una tasa de erradicación superior
a 80%. Los regímenes estudiados hasta ahora incluyen preparados
de bismuto, antagonistas H2 y bloqueantes de la bomba de protones,
en combinación con 1-3 antimicrobianos.
La recomendación actual es la del uso de la triple terapia asociada a inhibidores de la bomba de protones (el inhibidor más dos de los siguientes: claritromicina, un nitroimidazol -metronidazol o tinidazol- y amoxicilina). Así los regímenes más aceptados actualmente se muestran en la siguiente tabla, incluyendo un inhibidor de la bomba de protones (administrado como se ve en la primera columna) más una combinación de antimicrobianos (mostradas en la segunda columna): |
Inhibidor H+ - K+ - ATPasa | Combinación de antimicrobianos |
Omeprazol (20 mg/BID) | Metronidazol (400 mg BID) o tinidazol, (500 mg BID) + claritromicina (250 mg BID) |
Lansoprazol (30 mg/BID) | Amoxicilina (1000 mg BID) + claritromicina (500 mg BID) (recomendable ante posible resistencia al metronidazol) |
Pantoprazol (40 mg/BID) | Amoxicilina (500 mg TID) + metronidazol (400 mg TID) (recomendable ante posible resistencia a la claritromicina) |
Generalmente estos esquemas se siguen por unos siete días, pudiendo recurrirse al retratamiento en caso de fracaso de la terapia. |
ANTIEMÉTICOS Como la diarrea y la constipación, las náuseas y los vómitos son manifestaciones de diversos estados subyacentes incluyendo el embarazo, la cinetosis, diversos trastornos gastrointestinales, infarto, toxicidad farmacológica (sobre todo en la quimioterapia), etc. aunque no se conocen todos los mecanismos implicados en el reflejo nausea - vomito, se sabe que existe una "zona gatillo" o Centro del Vómito, ubicado en la formación reticular de la medula espinal. Este centro tiene propiedades quimioreceptoras, al parecer reguladas por acción dopaminérgica, serotoninérgica e histaminérgica. Por esto, los fármacos obvios que puedan tener acción antiemética son los bloqueantes de los receptores respectivos: metoclopramida y fenotiacinas (antidopaminérgicos), ondansentrón (antiserotoninérgico), difenhidramina (antihistamínico). FARMACOS FAVORECEDORES DE LA MOTILIDAD GASTROINTESTINAL Más que para inducir la motilidad intestinal, estos fármacos se utilizan para regularizarla. La acción es mediada por efectos muscarínicos y dopaminérgicos, siendo los represnetantes más importantes la metoclopramida y la cisaprida. Actualmente se estudian los efectos de los agonistas de motilina, como la eritromicina. ENZIMAS PANCREATICAS Útiles en casos de dispepsia ("indigestión"), esenciales en los casos en que la función pancreática no es normal. Generalmente se trata de preparados derivados de enzimas animales (generalmente porcinas o bovinas), contentivos de cantidades variables de lipasas, proteasas y amilasas. |
Bibliografía |
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"...Soy YO el pan de vida; quien viene a MÍ, no tendrá más hambre,..." |
Juan; 6:35
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"Algunos libros deben apenas tocarse, otros deben tragarse, y unos pocos deben masticarse y digerirse" |
Francis Bacon
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"Tratándose de alimentos de preparación instantánea, lo último que muere es la esperanza" |
Richard Glover
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